El objetivo de esta investigación fue realizar una revisión sistemática de la asociación de orientación no heterosexual y TAS durante los últimos 20 años (1997-2016). Para ello se revisaron 5 estudios que cumplían todos los criterios de inclusión, llevados a cabo en Holanda y Estados Unidos entre el 2001 y el 2017, con una muestra total de 36.309 personas, hombres y mujeres mayores de 18 años.
Las conclusiones fueron que la incidencia de TAS en gais, lesbianas, bisexuales e indecisos, era significativamente mayor que en personas heterosexuales, sobretodo en hombres.
Cabe destacar que las personas bisexuales mostraron una incidencia de fobia social superior incluso a las personas homosexuales. Supuestamente, estas personas, a parte de lo anterior, sufren también por la necesidad de decidir entre la heterosexualidad y la homosexualidad, tienen más dificultades en la construcción de una identidad sexual y menos apoyo social de otras personas no heterosexuales.
A diferencia de otros trastornos mentales, el TAS o fobia social, puede desencadenarse por eventos traumáticos, las situaciones de burlas, discriminación (sexual o no) o exclusión social. Por eso se desarrolla en la peligrosa franja de entre los 10 y 20 años de edad.
Tampoco son de extrañar los comportamientos suicidas en aquellas personas no heterosexuales con alta disconformidad con la propia orientación sexual. Sin duda, otra asignatura pendiente de nuestra sociedad.
A diferencia de otros trastornos mentales, el TAS o fobia social, puede desencadenarse por eventos traumáticos, las situaciones de burlas, discriminación (sexual o no) o exclusión social. Por eso se desarrolla en la peligrosa franja de entre los 10 y 20 años de edad.
Tampoco son de extrañar los comportamientos suicidas en aquellas personas no heterosexuales con alta disconformidad con la propia orientación sexual. Sin duda, otra asignatura pendiente de nuestra sociedad.