sábado, 23 de septiembre de 2017

Eritrofobia o miedo al rubor facial

Se trata de una reacción fisiológica que se experimenta al sentirse avergonzado en una situación social. La sensación en sí misma no tiene porqué ser desagradable, sin embargo, cuando uno ha sido objeto de burla por ello, no puede evitar sentirse humillado y tender a evitar que se repita en futuras ocasiones. El problema aparece porque cualquier intento de evitar el rubor facial consigue el efecto contrario, es decir, el miedo a la aparición del síntoma provoca que éste aparezca generando un círculo vicioso. Al final se convierte en un miedo a "ser descubierto" y se genera un estado de ansiedad que te mantiene siempre en guardia. Si el hecho acaba ocurriendo se percibe la situación como muy humillante.

¿Cómo se puede evitar la eritrofobia?


Muchas personas se desesperan y recurren a soluciones "poco efectivas" como maquillarse, tomar ciertos fármacos, alcohol o drogas, mostrarse poco sociable o directamente evitar las situaciones sociales... Un dermatólogo no va a solucionar el problema, hay que ir a la causa, sería como curar un brazo roto con analgésicos.

Como todas las manifestaciones de la ansiedad social, ésto se cura perdiendo el miedo a ser humillado. Las terapias que suelen ser más efectivas, son aquellas que consiguen mejorar la autoestima a base de aprender a reírse de uno mismo. Perder la vergüenza también se entrena. Se empieza por entregarse a los síntomas y no luchar contra ellos. Reconocerlo en lugar de intentar disimularlo. Permítete a ti mismo el derecho a ser tímido y a ruborizarte sin sentirte culpable ¿acaso no lo ha experimentado todo el mundo en alguna ocasión? Por ejemplo, puedes hablar del tema abiertamente con tu círculo de confianza y que deje de ser un tabú. Hay que perder el miedo al síntoma. No es tarea sencilla entregarse a tus miedos, es el precio que se debe pagar y no es poco. Por eso, a ser posible, siempre recomiendo la ayuda de un psicoterapeuta.