domingo, 8 de enero de 2017

El mito de controlar la respiración en un ataque de pánico

La escuela de pensamiento de Giorgio Nardone, psicólogo italiano creador de la Terapia Breve Estratégica, ha puesto de manifiesto la importancia de NO intentar controlar los síntomas de una ataque de pánico. En contra de lo que muchos terapeutas cognitivo-conductuales nos han enseñado siempre, intentar controlar la respiración haciendo respiraciones profundas para relajarse, produce el efecto contrario. Lo mismo ocurre con cualquier estrategia para controlar el miedo. Según Nardone, el intento de mantener el control (de los síntomas del pánico) provoca la pérdida del control. Al poner el foco de la atención sobre los síntomas, los amplificamos.

Nos ponen de ejemplo que cuando intentamos controlar las pulsaciones, éstas se alteran, por tanto para que el corazón funcione con normalidad uno debe de dejar de pensar en él.



Ya he comentado en otros posts que la mejor manera de postularse frente al miedo, es con una actitud de desafio, como si no te importaran las consecuencias del mismo. Aunque parezca una paradoja (¿cómo no te puede importar aquello a lo que le tienes miedo?), se observa que cuanto más te preocupas más miedo tienes y más síntomas sientes. Por lo contrario, cuanto más dejas de pensar en el miedo, éste va desapareciendo. No se trata solamente de "pensar en otra cosa" sino de adoptar una actitud de aceptación y de no-lucha. Dejarse invadir por los síntomas sin resistirse y dejarse de preocupar por lo que pueda pasar o lo que puedan pensar los demás.




Para poner un ejemplo, a modo de resumen: Estás a punto de salir a dar una charla en público y sientes como te invaden los síntomas del pánico. Empiezas a temer que vas a sufrir un ataque y quieres huir de la escena. Si intentas controlar la respiración (o aplicar otros ejercicios de relajación) entrarás en una lucha desesperada para acabar con los síntomas que te provocará aún más miedo a no conseguirlo. En cambio te puedes decir cosas como "solo es mi cuerpo sintiendo miedo, no me puede pasar nada malo" o "No me importa nada lo que piensen los demás de mi" o "Ya estoy cansado de huir, voy a experimentar lo que pueda pasar sin importar las consecuencias", dejarás de luchar y te relajarás. 


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