miércoles, 25 de octubre de 2017

Diferencias entre fobia social y trastorno de personalidad por evitación



El trastorno de ansiedad social (TAS o fobia social) y el trastorno de personalidad por evitación (TPE), son dos psicopatologías que suelen confundirse y que no tienen límites claros.

Una primera aproximación, a grosso modo, podría ser:

Fobia social: Miedo a sufrir una situación humillante o incómoda al ser observado por los demás. La exposición a la situación fóbica provoca una respuesta automática de ansiedad e incluso se puede llegar a una crisis de pánico. Puede ser de carácter más general cuando el miedo aparece ante todas las situaciones sociales o específica de algunas situaciones concretas (por ejemplo a la hora de hablar en público).

TPE: Miedo a ser criticado o rechazado en las relaciones personales que conlleva una tendencia al retraimiento social. La persona tiene dificultad en confiar en los demás excepto con unas pocas personas muy seleccionadas. Suelen sentirse inválidos, poco capaces y baja autoestima.

Aspectos comunes del TAS y del TPE:

  • En ambos casos hay una conducta de evitación de las situaciones temidas.
  • El miedo a ser evaluado, al ridículo y a ser el centro de atención.
  • Los síntomas de la ansiedad pueden ser los mismos (temblores, sudoración, rubor facial, temblor de voz, timidez...)
  • Pueden desarrollar cuadros con mucha ansiedad, depresión y aislamiento.
  • Se tratan con terapia psicológica individual y grupal.

Aspectos diferenciales del TAS y del TPE:


TPE
TAS o fobia social
se siente inválido e incapacitado para hacer determinadas cosas mostrando una baja autoestima
normalmente se siente válido pero el miedo le impide hacer determinadas cosas con normalidad
Se basa principalmente en el miedo al rechazo
Se basa en el miedo al ridículo
vive en hiperalerta, siempre en guardia cuando pasa por la calle, entra a un establecimiento o se auto-observa mientras habla con otra persona.
Sólo se muestra alerta en las situaciones temidas. Puede relacionarse con normalidad en las restantes situaciones cotidianas.
Tendencia al aislamiento y a tener pocos amigos y muy seleccionados.
Puede ser sociable y relacionarse con normalidad.
Suelen ser personas de apariencia nerviosa, temerosa, tímida y condescendiente. Evitan el conflicto. Están pendientes de las necesidades o deseos del otro.
Fuera de la situación fóbica pueden aparentar normalidad, asertividad y seguridad.

Aparece durante la infancia o en la primera adolescencia.
Aparece en la adolescencia o durante la adultez. Puede aparecer después de una experiencia vivida como humillante.
Al ser un trastorno de la personalidad es difícil de superar y no responde a ninguna medicación.
Responde bien a algunos fármacos y es de más fácil tratamiento.

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